jueves, 20 de octubre de 2011

La Madelain, mi flaite favorita...


La Madelain Ramírez es una flaite de tomo y lomo, pues su nombre lo anuncia.

La “Made” tiene cejas de hilo, y siempre, siempre anda con una pinza y un espejo en su bolsito de Hello Kity que esta rayado con lápiz pasta azul con dedicatorias de sus amigas, aprovecha hasta mi más mínimo descuido para  sacar las pinzas  y disfrutar la luz de la ventana que le otorga su puesto ubicado al final de la primera fila, desde ahí mismo, “el Boris”, su pololo de cuarto medio le tira besos, y aunque ella solo va  en primero medio, por ser la flaite estereotipo número uno del colegio tiene derecho a pololear con el flaite más rico y por eso mismo se agarra seguido de las mechas con las demás niñas en el baño, la Madelain, es celosa, o “cuida lo que es de ella” como me dijo una vez, pero aun así mantiene su ternura, pues sueña con ser mamá, ojala de mellizos y que le salga “la parejita”, un “niñito hombre y una niñita mujer”, a los que sin duda llamará “bebitos” y cuando crezcan un poco le pedirá a la “Kimi”, su mejor  amiga, que le cuide “al niño” para salir a la disco con el Boris. 

La Made quiere ser cosmetóloga, dice que es “fashon”, no fashion, y desechó su sueño de ser modelo por  que mide 1.65 no más, pero para ella, la vida es una pasarela, para que decir los pasillos del colegio, en los cuales se da el tiempo de saludar de beso en la cara a cuanto chiquillo la salude, mientras su amiga (que come coyac), quien la lleva tomada del brazo, la tironea para que alcancen a mojarse el pelo antes de entrar a clases, ahí mismo aprovecha de arreglarse los tres pares de calcetas que usa, una arriba de otra, “así se usan” afirma ella, y chequea el buen estado de las pinzas que le hizo a su  jumper en la cintura  con un hilo azul eléctrico que se divisa a 3 metros, las mismas que le hace a los polerones que usa cuando tiene que ir con “ropa de calle” al colegio, aunque pocas veces la veo abrigada, siempre, siempre se le ve la guata, la cual cuida saliendo a trotar los domingos con su papi a la cancha, o si no, no le entrarían los blue jeans marca “Mírame” que se compró con la plata que le regalo su hermana mayor al recibir su primer sueldo del call center “Atento”, pues esos pitillos nevados tan esperados deben quedarle perfectos, ya que los combinará con unas zapatillas puma que le regalo el pololo para el cumpleaños  (junto con un globo metálico que dice “te amo”) y con la polera Adidas talla XS a la cual le hará un nudo en el costado para que caiga de manera poco discreta el piercing de florcita que se puso en el ombligo (ella misma se hizo la perforación).

La Made dibuja corazones en todos lados, en vez de poner un puntito en la i que lleva su nombre, le pone un corazón, le pegó un auto adhesivo de corazón a su pase escolar y pide permiso para responder la prueba con lápiz pasta morado, a veces la veo concentrada escribiendo en una hojita cuadriculada canciones de “Aventura”,  las mismas que escucha en la micro con el celular y sin audífonos.  El tema de los corazones no representa solo un sentimiento hacia su pololo, pues sus amigas son lo más importante, por eso, en lo que va del año ha organizado 3 baby shower en los que ella misma corto por la mitad las rodajas de pan integral para ponerle la pastita de pimentón que compro en el líder.

La Made me cae bien, porque en su flaiteza es la más flaite de todas, cumple con todo lo que se necesita para ser la mejor en su categoría.

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